El mundo esta en constante movimiento, cada vez surgen nuevos avances ante los cuales nos quedamos perplejos. Esto implica que la cultura evoluciona sin cesar; no somos conscientes de cómo varia nuestra concepción del mundo a lo largo de nuestra corta vida. Las conductas y las maneras de ser están condicionadas por nuestro entorno, es decir por la ideología predominante y los valores inculcados en la sociedad.
Rememorando la vida pasada de nuestros abuelos observamos la ausencia de múltiples aspectos que hoy en día son imprescindibles para concebir una perspectiva sobre el cosmos; sin duda, una de las más destacadas es la comunicación a través de la red virtual o el poder casi divino de la democracia existente.
Así pues, a partir de la cultura y de nuestra personalidad recreamos una concepción del mundo que es muy similar a la de nuestros vecinos, todos paulatinamente la interiorizamos desde la niñez. Es muy difícil formarnos con un conocimiento que vaya a contracorriente del mundo globalizado de nuestros días. Por ejemplo nuestro pensamiento cuenta con dependencia en la religión o con componentes jerárquicos en el ámbito laboral. Toda sociedad posee unas reglas de juego las cuales deben ser respetadas sino serás castigado o discriminado por su incumplimiento.
Los sistemas a través de los cuales nos relacionamos inciden indirectamente en nuestro conocimiento. Aprendemos desde pequeños unas pautas que compartimos con el resto de la población; a la larga no nos planteamos en modificar estas reglas ni incluso en reflexionar sobre estas.
¿Acaso es usual que alguien ponga en práctica alguna innovación para la búsqueda de otro sistema que no sea la primacía del poder? ¿Podemos educar a nuestros hijos a través de principios como la cooperación o la solidaridad dejando a un lado el estudio para alcanzar simplemente una meta profesional? ¿Existe la voluntad de ayudar en nuestras mentes a personas que desconocemos? ¿Conseguiremos algún día que la ética política esté por encima de cualquier tipo de interés?
Todas estas preguntas parecen estar formuladas por una pequeña ilusa que pretende dar un giro a la concepción caótica del mundo que persiste en estos momentos. Si tan mal nos va entre nosotros por tantas desigualdades dispares o por el aniquilamiento de nuestra madre Tierra, ¿porque no es hora de concebir otro mundo que entre todos podamos construir para que sea viable en un futuro próximo?
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario