¿Hasta que punto pueden manipularse las juntas de facultad?
¿Hasta que punto tenemos que resistir los alumnos para poder aguantar una repugnante política interna?
¿Hasta que punto podemos recurrir o ser simplemente escuchados ante aberrancias políticas?
¿Hasta que punto tenemos que silenciarnos de las injusticias que vivimos en carne propia?
¿Hasta que punto el mundo estudiantil es la imitación del mundo más caciquil de la política?
¿Hasta que punto nos trasladamos a los tempos más retrogrados e interesados?
¿Hasta que punto podemos confiar en un decanato o en un rectorado caracterizado por el pasivismo hacia la opinión estudiantil?
¿Hasta que punto la desvergonza y la manipulación tiene que llegar para ser noticia??
Situación: facultad de ciencias políticas de Santiago de Compostela. Año 2008.
Huelga general del alumnado por la implantación de un novo plan para adaptarse al Plan Bolonia; el cal es ignorado por alumnos y por el profesorado.
Saben que es ilegal pero siguen adelante, de hecho el mismo día de su votación presentan un plan similar intentando modificar distintos errores.
Gana su aprobación por muy escasos votos gracias a sus artimañas políticas.
Los alumnos expectantes en el hall del edificio conocen el resultado: llantos de rabia, frustración, gritos,.... ¿para que nos manifestamos si nuestra voz no es escuchada? ¿Donde está la tan nombrada transparencia democrática? Así se llega a un punto que no se deja salir a nadie de la Junta de Facultad.
Después de un momento llega la calma al hall y todo el mundo se arrodilla en silencio.Los alumn@s ven pasar a los artífices del plano. Los votadores saen entre el alumnado, algunos incluso con cara satisfactoria tras la consecución de una praxis política lamentable.
Un año más tarde ….
Votación al decanato. Se celebró la elección de un nuevo decanato. La avaricia del decanato anterior es tal que se empleó de nuevo todo tipo de tramas irregulares para volver a ganarlo. Entre estas prácticas se encuentran la negación del voto a una representante de alumnos por no aparecer en el censo, curiosamente la representante más votada por el alumnado. Y lo más indignante, el vicedecano dimitió días anteriores delegando en otra profesora (su mujer) que en un principio no tenía derecho a voto en esta elección. De esta forma esta profesora podría votar al tener un cargo, sumando un nuevo y trapicheado voto a favor del podre decanato.
Finalmente por un ajustadísimo resultado se pudo perpetrar este gobierno de impresentables en "nuestra" facultad.
Pues así fue todo, independientemente del resultado interno del plano, de esta manera es como nos enseñaron una lección nuestros grandes maestros politólogos…....